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domingo, 13 de noviembre de 2011
¿No te das cuenta? Hemos vuelto a empezar. Vuelve a ser lo mismo, hoy es contigo y mañana es conmigo; pero cuando sea con las dos siempre procurará estar con alguna. Fíjate, mírale a los ojos. ¿Es él ese que hace tanto tiempo conoces? No, lo sabes. Ha cambiado demasiado pero aún así tienes miedo de perderle y de quedarte sola... Será difícil pero quién sabe, quizás no se llore todos los días. Sabes que nunca hay una última vez, hasta el último día del último aliento. ¿Irá a peor? No quiero pero ¿y si eso es lo que tiene que suceder para que te des cuenta? Qué triste vivir así, un día y otro y otro. ¿Momentos buenos? Se cuentan con menos de una mano. Ya todos nos hemos perdido del todo, ya nadie quiere hablar sobre el tema, no es ninguna novedad... todos sabemos qué pasa pero sabemos que seguirás aguantando; quizás pienses que es lo más valiente, pero en realidad es lo más cobarde. Y nadie conoce todo desde dentro, alguien puede pensarlo en su cabeza pero nadie conoce realmente los sentimientos que nos recorren, quizás ese miedo que solo cada uno puede reconocer pero no describir, esa mirada... y poco a poco, nos hacemos una vista del futuro. Algunos de una manera y otros de otra, prefieres ser positiva antes que llorar como en un día de lluvia... porque sabes que si fueses realista podrías suicidarte aquí mismo y en este preciso instante, pero todos tenemos esa pequeña esperanza en nuestros corazones que nos hace seguir vivos, que nos hace tener una pequeña posibilidad y sonreír. Eres valiente y cobarde al mismo tiempo. ¿Orgullosa? jamás. Pero volverá a pasar una y otra vez más. Qué cansado es estar aquí sentada en un domingo por la tarde, pudiendo estar viendo una peli o simplemente riendo, pero vivimos manejadas. Ahora te toca a ti, conmigo esta enfadado... te toca seguirle un poco la corriente hasta que te canses o que el simplemente se canse de quién sabe qué gilipollez se le pase por la mente, que cambio brusco se le ocurra hacer ahora y después irá a por mi. Fíjate, te pido ayuda a gritos y pasas de mi; me miras como diciendo "¿qué puedo hacer yo?" pues tú puedes hacerlo todo, tú eres la que tiene el poder, nadie más lo tiene. Eres tú, simplemente tú la que puede cambiarlo todo, pero mírate... le sigues como un perrito faldero, justo como a él le gusta.
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